Siempre hay que pedir permiso para fotografíar a las gentes que nos vamos encontrando en nuestros viajes. Con un sencillo gesto mostrando la cámara y una picarona sonrisa le pedimos permiso a este jovencito marroquí. Mostrándonos el pulgar hacia arriba nos comunicó su aprobación.
Podemos percibir la aridez de la zona (muy próxima al desierto) en la sequedad del rostro del protagonista, así como la bondad e inocencia en la transparencia de su mirada.
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Cámara Cámara EOS-1D Mark III
Abertura f8
Velocidad 1/125sg
Longitud focal 80mm
ISO 100
ENTRADA PROGRAMADA: El autor se encuentra «unplugged».