La ciencia ha confirmado que mirar el mar produce felicidad.
El proyecto BlueHealth, estudió la relación existente entre el mar y la salud, y concluyó que el mar amplía nuestra capacidad para conocernos y de sentir bienestar emocional.
Sereno, tranquilo, ajeno a las marejadas y la mar gruesa.
Lo efímero de la vida y de nuestras cosas. Carpe diem.